Entradas

Mostrando las entradas de febrero, 2012

Póstumo final...

Imagen
El día de hoy, veintidós de febrero del presente año, declaro que estos labios mios añoran y extrañan tus labios rojos, que mi piel extraña el roce y calor de tus brazos, que mi cerebro (en especifico la tercera coyuntura del lóbulo frontal) y mis oídos extrañan el sondo de tu voz y tu risa loca, que mis ojos extrañan la imagen que el reflejo de los fotones le brindaba de tus ojos y tu cuerpo. Pero mas allá de lo físico, dentro de mi, muy en el fondo, allá donde la materia se trona ambigua entre lo físico y lo energético, donde no se distingue si algo es una partícula o es en realidad una onda, allí en el pequeño rincón entre los quarks que constituyen mi cuerpo y lo delimitan del universo entero, en ese minúsculo espacio donde habita mi alma inmortal, puedo sentir que me haces falta, de a poco por átomo, pero me haces falta, en la conjunción de todas las cosas. En ocasiones despierto y maldigo el momento en que la vida separo nuestros caminos, luego comprendo que por algo paso todo es

Resistencia

Resistir la tentación de ir a buscarte esta cabrón, y mas porque de antemano sé que no eres para mí y disfruto de planear mil y un maneras de verte buscarte y en mis sueños mas visionarios de enamorarte. Pero una vez que regreso y pongo los pies en la tierra, tiro todos los planes y estrategias al bote de basura junto al escritorio y me conformo con saberme estupidamente enamorado. Y sigo sin entender porque sigo ahi, el  miedo o mas bien cobardía me impiden seguir je me mantengo en la zona tibia, ni frío ni caliente y estoy harto de eso. Sera que te quiero mas de lo que creo o que sacas mi lado masoquista o que sé yo. Pero yo hoy me retiro ya no escribiré ni un solo verso pensando en ti, olvidaré tu pelo negro y labios rojos, no planeare mil y un tonterias y tampoco volveré a buscarte. Si el destino quiere te vuelvo a ver y si np, pues por algo pasan las cosas... Nada es para siempre... Paliacci.

Regalo...

Una noche mientras caminaba a través de la ciudad sumida en un apagón, miré al cielo mientras los demás buscaban la manera de reencender sus vidas, y las vi, brillantes, osadas y vivas estrellas cayendo sobre la tierra. Nadie las miró, todos estaban ocupados dentro de su propio mundo, ignoraron su vuelo de luces entre las calles por buscar sus luces artificiales, yo las vi, corrí tras ellas y atrapé algunas con mi camisa. La luz volvio a las calles y mis estrellas quedaron impresas en la camisa, la tristeza invadió mi alma al pensar que había matado esas estrellas, han de imaginar mi gozo cuando la oscuridad de un callejón las trajo de vuelta, brillantes estrellas iluminaban mi camino repartiendo su luz en todas direcciones. Y entonces la conocí, su risa, sus ojos y esa ternura suya me cautivo, y ella se volvio mi princesa, se volvio mi mundo y mi vida, la ame con toda mi fuerza y mi alma, vi en ella un futuro que nunca antes había soñado. Confiado en eso le entregué mi posesión más