Deus Ex Mort (final).
(...) La muerte chasqueó los dedos y en un instante se encontraban en una infinita llanura gris con un cielo negro con una única estrella roja distante. - Bienvenido al otro limbo – dijo ésta. - ¿cómo que “otro limbo?” - Verás, las almas estancadas se quedan en el limbo de donde te he sacado, los cuerpos de esas almas terminan aquí y se… - Y se pudren y se rompen con facilidad – dijo una voz surgida de la niebla negra que reptaba por el suelo – perdona mi falta de modales, me llamo Talidor y estos son mis dominios Talidor era una silueta antropomórfica cristalina con la facultad de la ingravidez y la falta de densidad, se podía ver a través de él, lo que lo hacía distinguirse del paisaje era su color, era de distintos tonos de morado, lila y purpura de punta a punta. - El otro limbo – dijo Eugenio por terminar la frase. - No, su nombre no es ese, éste es el “Desierto de los desgraciados”. - Talidor cuida cascarones sin alma – le susurró la muerte