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Mostrando las entradas de octubre, 2014

Esto NO es una entrada en el blog (Minerva).

Pues nada que no voy a publicar por un tiempo. No es que no tenga qué  publicar, sino que estos próximos tres meses vuelven a ser los más cansados del año, de entrada es fin de año y la carga laboral aumenta en el rubro de servicios y alimentos, ya sea porque el frío le da pereza a la gente o porque los paisanos y los pochos vienen del vecino país del norte, se hace más difícil tener energía para publicar. Aunado a eso, estoy trabajando en un proyecto grande, mi novela, que a pesar de traer dando tumbos en mi mente por años por fin tiene un arco argumental lo suficientemente solido como para que yo piense que por fin estoy listo para escribirla. Escribir una novela no es tarea sencilla, a diferencia de leerla que es de lo más sencillo del mundo, requiere planificación, dedicación y una atención desmesurada, ¿ya dije alguna vez que ser escritor es tan cansado como ser dios? Otro motivo por el que no me es factible sentarme en el banquillo de redactor y editor es que inicio con la odise

De locuras y sin sentidos.

Si un día me preguntasen "¿cómo es que la conocí?" no sabría qué responderles, porque yo mismo no lo sé. Sólo recuerdo que llegó de la nada una noche, como esa brisa de la tarde cuando sientes que no puedes más, le dio a mi vida un respiro y me hizo sonreír. No está de más decir que pocas veces nos vimos en persona, pero si me es posible resumir esas veces en una palabra, la única con la que puedo relacionarlo es con "embeleso", la recuerdo a ella tan perfecta, como recuerdan los viejos los tiempos de sus antiguas glorias, la recuerdo tan cálida, como los hombres solitarios recuerdan el abrazo de una madre y por sobre todo la recuerdo tan libre, como los hombres no son capaces de concebir la libertad. No es que ella fuera el amor de mi vida, puede que fuera algo más que eso, quizás fuera el amor de mi próxima vida a quien he encontrado aquí como promesa del después, o también fuera el amor de mi vida anterior, quién sabe si aún a pesar de la mue

Calavera a Gin...

Andaba rondando la muerte catrina, en el geriátrico buscando a Georgina, ¿dónde te escondes pequeña enfermera? dijo la muerte buscando a la güera. Mientras Gina escondida tras los viejitos le sacaba a la flaca que le hacia ojitos. "venga mujer que no encontrarás varón mas tieso ni más gallardo que esta flaca con sus huesos". La muerte insistente era sin duda y en sus cinco minutos a Gina dejó sin ayuda, "no hay pasión más urgente ni movida qué la que seguro te quita la vida". Le decía la huesuda susurrando mientras al cuarto la iba empujando. Consumado el acto, cual ladrona, fumando un cigarro salió la pelona. Pobre Gina quien lo hubiera creído que luego del monumental acostón el siguiente lugar que habría ido fuera que la enterraran al panteón.