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Mostrando las entradas de diciembre, 2015

Sobra gente

Sobra gente. En el mundo sobra gente, pero faltan personas, faltan personas que sigan sus sueños, faltan personas que crean en sí mismas faltan personas que no quieran ser sólo gente. Porque la gente es demasiada y a la vez no es nada, la gente es una masa amorfa y viciosa de cuerpos que viven la misma vida, que temen los mismos miedos, que siendo la escandalosa mayoría pisotean, destruyen, desgarran y martirizan todo aquello que desconocen, que ignoran. Hacen falta personas que se atrevan a ser libres, libres de pensamiento, palabra, obra y si viene al caso también de omisión; es un desperdicio tener la capacidad de sentir, de crear, de inventar, de soñar, si se ha de repetir el mismo sueño, el mismo sentimiento que todos los demás. Hacen falta personas que amen sin miedos, que sepan entregarse por entero, que no condicionen el amor, que entiendan que amar y quedarse sin nada no es perder, que pierden más los incapaces de amar por

Caralibros

Caralibros. Me he comido una hamburguesa, y estaba muy buena, y he querido exponerlo aquí, en un verso, sobre el papel, porque quizás a algún futuro lector o a una audiencia le interese mucho que yo me comí una hamburguesa, y que además de eso estaba jodidamente buena. Vivimos en un tiempo de banalidades muy importantes, donde nuestra privacidad es algo que hemos regalado, donde ya no importa tanto la playa, las risas, las puestas de sol, si no tienes una cámara a mano para presumirlo luego. Somos prisioneros de una conexión de datos, de baterías, cargamos los grilletes al enchufe y nos quedamos ahí, pegados en la pared, con la cara iluminada y el alma a oscuras, éramos hombres en el hastío del mundo, ahora, ahora somos una etiqueta en una notificación vacía. ¿Cómo permitimos que pasará todo esto? que nos roban el tiempo y el oro frente a nuestras narices y nosotros sumidos en la frustración y la impotencia de no poder pasar de nivel en los c