Gloria y Sebastian
Todas las historias de amor deberían empezar por tener a dos personas que se cruzan un día por casualidad y que desde el primer momento algo les dice que están por tener una de esas aventuras que han de cambiar sus vidas para siempre, que es lo que siempre han estado esperando y que deben dejarse llevar por ese torrente de emociones y acciones que los lleva al clímax de la felicidad dónde a pesar de los problemas y los agravios pueden estar juntos y vivir en la armonía de su amor al caminar de la mano rumbo al atardecer. O al menos eso es lo que nos han enseñado todo este tiempo, pero, ¿Qué hay de todos aquellos amores difíciles?, ¿aquellos amores que no caben en el ideal que los libros, la música y las películas nos quieren poner como dogma, acaso no merecen una historia dónde se pueda ser feliz sin ir exactamente de la mano hacia el atardecer rojo? Para ellos es que dedicó éstas líneas, que mis palabras sean puente por donde se cruce el abismo del rechazo y la desaprobación, que,