Réquiem por la otra tú.
Tú no eres tú. Y no, no es filosofía barata, ni esas estupideces esotéricas que hay cada idiota que se cree. No, lo digo por lo que veo en ti, mejor dicho, por lo que ya no veo en ti, no te reconozco, no sé si eres tú, bien podrías ser otra mujer cualquiera, otra con tu cara, tu pelo, tu risa. O podría ser que a tu cuerpo le extrajeron el alma con un bisturí, le cosieron la de ésta mujer hueca y la verdadera tú está sola, pasando frío, metida en formol, un alma en la repisa ignorada del laboratorio de algún loco. Me duele ver a ésta que dice ser tú. duele verla bailar, verla reír, duele que no seas tú en realidad, me dueles y te extraño. Extraño nuestras tardes, nuestras risas, esas que sí tenían sabor a ti, te extraño, mil veces te extraño y esta mujer que se parece a ti, finge tener tu mirada, pero miente, basta un instante para notar que en sus ojos falta brillo, pues sus ojos son opacos, grises, muertos, no son ojos color paraíso como los tuyos. Au