Dos ruedas.

Tomas impulso, dejas atrás tu calle, tu barrio,
conquistas las pequeñas subidas y te emocionas,
quieres ir más rápido, te esfuerzas, aceleras,
tu corazón salta, tus pulmones están vueltos locos,
pero no te importa, quieres, no, necesitas más,
más velocidad, más alcance, más resistencia,
¿esa colina cree que te va a detener?, oh no,
tú sabes que eso no va a pasar.

Una tras otra las pendientes van quedando
no sólo atrás, sino incluso debajo de ti,
te aburres del asfalto, no sólo es monótono,
los conductores no te lo hacen sencillo,
te pasan a centímetros o te toca un bocinazo,
"la calle es de todos" o eso dicen, yo no lo veo,
encuentras la vereda, el sendero, la terracería,
naturaleza y libertad bajo tus ruedas.

La montaña, piedras, lodo, tierra,
subidas donde las ruedas resbalan,
bajadas donde perder el miedo, y claro
el terraplén que te hace entender
que no necesitas alas para volar,
llegas a un claro y te preguntas,
"¿por qué conquistar montañas?",
la respuesta la sabes, "porque están ahí". 

Como en todo, las cosas no siempre salen bien,
hay caídas, hay raspones, están los huesos rotos,
pequeños recordatorios de que a la montaña se le respeta,
la soberbia y la prepotencia son las primeras en besar el suelo,
no hay tiempo para un descuido, las bajadas son celosas,
pon la vista un mínimo instante lejos de ellas
y lo siguiente que recordarás será levantarte del suelo.

Hay que estar al borde de la locura para esto,
requiere determinación, una voluntad inquebrantable,
es exigirle siempre un poco más a tu cuerpo,
tiene el poder de cambiarte la vida, de pronto
te preocupa tu peso, la frustración de números de más
en una báscula no se compara a la frustración
de quedarte atrás del pelotón en una subida,
aprendes mecánica, física, anatomía y primeros auxilios.

Para quien no lo comprende a veces es aburrido,
absurdo, una perdida de tiempo, un juego de niños,
los "ya madura" los escucho con frecuencia,
casi tanto como los "mejor te hubieras comprado una moto",
la más triste fue "eso no te va a llevar a nada, haz algo útil mejor",
¿cuán vacía y triste debe ser tu vida para demeritar los gustos
y pasiones de otros?; cada quien sus cadenas, pero para mi,
la única cadena que me ha hecho sentir libre, es la de mi bicicleta.



Paliacci.

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