Carta al hijo que nunca tendré

Antes que nada quiero que sepas cuánto te amo, porque te amo con todo mi ser, y precisamente por todo lo que te amo es que no existes. Lamento esas palabras tanto como no tienes idea, te he imaginado muchas veces, de todas las formas y de todos los colores. Con lo mejor y lo peor de mí y de tu madre; y cada vez que lo hago me abruma la responsabilidad de que vivieras en este mundo.

Y no creas que se trata meramente desde el punto de vista económico como siempre le respondo a tu abuela cuando me increpa sobre porqué he decidido no tenerte, no, los recursos no son el problema, se hacen los arreglos, los sacrificios, lo necesario para sacar adelante a los hijos, lo he visto en carne propia, lo he vivido. No, las razones de porque no estás conmigo son bastas y sobradas, en primera instancia estoy yo y mi incapacidad para cuidar de manera apropiada de mí mismo, ya no digamos de ti, para mis adentros desconozco si tengo lo suficiente para hacerte a ti, a base de palabras, la clase de ser humano que éste mundo necesita; no sé si sea capaz siquiera de hacerte la clase de persona que soporte el embate del mundo sin romperte y ser una funda vacía que se mueve por la inercia del mundo más que por su propia pasión. No consigo tener el coraje necesario para aceptar el manto de formar al futuro del mundo.

Luego está el mundo en sí hijo, porque el mundo actual es una mierda, por múltiples razones, la primera es que está habitado por nosotros, la humanidad cada vez menos humana, cada vez virtual y digital pero a la vez poco menos que real, vivimos rodeados de tanta pantomima y alarido que pocas veces nos detenemos a escuchar esa voz interior que es nuestra conciencia, o peor aún escuchamos esa voz interior pero necesitamos todo ese ruido para acallarla y así hacer lo que nos venga en gana. Ya no sabemos vivir, antes la gente hacía un viaje y volvía con rollos que revelaba y guardaba en u álbum para verlas en un año o dos o hasta para enseñarle a los nietos como era el mundo entero, ahora hacemos viajes y tenemos la sensación de que no ha valido la pena si no lo ha visto el mundo entero, como personas vivimos presos de los "me gusta", del "retuit", de los "seguidores", pasamos más tiempo mirando "historias" efimeras de gente igual de efimera que nosotros mismos en vez de maravillarnos de como el pedazo de plastico y cristal ese puede ser capaz de mostrarnos eso; nos hemos vuelto habidos consumidores de lo que sea, vídeos sobre gente haciendo cosas estúpidas,  gatitos, perritos  y demás, sacamos nuestra frustración y desencanto por el mundo en 280 caracteres o menos pero no lo hacemos de manera inteligente y organizada, no, porque un mensaje de maldiciones viscerales es más afín para otros con frustraciones viscerales que se sentiran identificado con él, éste mundo hijo, es una sociedad de adultos cada vez más infantiles y de niños que cada vez se comportan como adultos a más temprana edad, los indices de embarazos adolescentes no planeados son una señal de alarma que nadie ha sabido como manejar.

Además está el estado, el gobierno, nuestros patrióticos dirigentes; desde pequeños se nos enseña que el gobierno es como nuestro padre en las alturas, que él nos va a cuidar y nos llevará a tierras más prosperas,  hay una verdad silenciada a gritos hijo que nadie está dispuesto a escuchar, y que no es otra que no somos mexicanos, somos propiedad del gobierno de los estados unidos mexicanos, la esclavitud nunca se abolió, se le ha cambiado el nombre sutilmente a sistema político, porque no existe manera de entenderlo distinto. El estado provee derechos y servicios mediocres a cambio de una recaudación bestial y descarada de cuanto impuesto se les ocurra, y una vez amasada esa nada modesta fortuna se usa como no, para cosas realmente importantes, aeropuertos, carreteras de cuota, rescatar a los bancos, salarios gigantescos de funcionario y esas cosas que necesita un país en que la mitad de su población se está muriendo de hambre; en el pueblito bicicletero de donde yo vengo hijo, nunca acepté de buen grado que se usara dinero del ayuntamiento para pagar bailes, corridas de toros, ferias y demás fiestas sin que hubiera ni un solitario comedor para gente desamparada. No porque fuera justo que lo hubiera, siempre he pensado que lloriquear por lo que es justo y lo que no sólo es propio de los muertos y los perdedores, sino porque eso es una trampa hijo, si la gente supiera generar su propia riqueza podría pagarse ella misma las ferias, los bailes y los eventos culturales que quisiera y el gobierno podría usar el diero para suplir las necesidades indispensables para que la ciudadanía no tuviera que preocuparse por nada, pero no, el estado está ahí para sacarte todo el dinero que pueda, de la forma más rápida y si que te quejes por ello, la esclavitud no es algo que deberíamos heredar hijo.

 Así que te regalo algo que nunca la humanidad ha llegado a considerar, te regalo la inexistencia potencial, porque para mí siempre serás la mujer que consigue un nobel después de una vida de esfuerzos, serás el hombre que se embarca en un viaje largo hasta la Europa de Júpiter en aras de la conquista del espacio, aquel que no sólo a mi me haga llorar lágrimas de orgullo sino al mundo entero, te regalo ese potencial porque sé que la realidad jamás podrá arrebatarlo de tus manos.

Hasta nunca hijo mío.




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